La ciudad y la danza
Ciudades Visibles
Un programa de Eterogenia Radio (Centro Cultural España Córdoba)
Miércoles 17,30 h / Viernes en San Francisco por la FM 97.1
A los tres años me mandaron a danzas clásicas, con el objetivo de corregir mis pies planos… tenía que dar vueltas alrededor de una alfombra..cien vueltas exactas, en puntas de pie, escuchando el Lago de los cisnes y pensando que un día, llegaría al escenario del Colón. La primera vez que subí a un escenario, fue al del Teatro Mayo de San Francisco, el tutú era color verde, las zapatillas aún no eran de punta..y yo era una flor, a la que se le voló el sombrerito en el medio del primer acto..Fin del primer acto.
«…tenía que dar vueltas alrededor de una alfombra..cien vueltas exactas, en puntas de pie, escuchando el Lago de los cisnes y pensando que un día, llegaría al escenario del Colón.»
Cuando leí la biografía de Isadora Duncan, admiré su audacia y su sentido de la libertad.. pero no dejaba de atormentarme saber su trágico final .. Las zapatillas de punta, llegaron con las clases de francés, la pérdida de la infancia y las falsas pinturas de Degas en un salón de baile..El cisne ha muerto… Fin del segundo acto.
Duncan leía a Nietzsche. Nietzsche desde Sils Maria en Suiza, hace hablar a Zaratustra: «Yo sólo podría creer en un dios que supiese bailar»… Fin del tercer acto.
Donde habrán quedado mis zapatillas de baile?